4 CONSEJOS PARA MEJORAR TU MATRIMONIO

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Mi Pareja; Mi mejor equipo

La Universidad Northwestern (en inglés Northwestern University) es una universidad privada estadounidense situada en la ciudad de Evanston, en el Estado de Illinois. Northwestern está constituida de doce escuelas y colegios de pregrado, postgrado y profesionales que ofrecen 123 diplomas de pregrado y 145 diplomas de postgrado y profesionales, se suele colocar entre las 15 mejores universidades de los Estados Unidos. Recientemente la revista U.S. News & World Report  la colocó como decimosegunda del país. Dicha universidad es una de las pioneras en incluir cursos y talleres prematrimoniales, una innovación muy adecuada a la época y sociedad que vivimos. El curso universitario “Matrimonio 101” tiene como propósito ayudar a los estudiantes a tener relaciones sentimentales más satisfactorias, sobre todo en un momento en el que la tasa de divorcios ha alcanzado su punto más álgido. A medio camino entre la filosofía y la ciencia, los contenidos del curso abordan temáticas dispares de la vida en pareja que van desde el análisis de la infidelidad y los consejos para mejorar la sexualidad conyugal hasta la crianza de los hijos.

En dicho curso se puede aprender que muchos estudios revelan que el matrimonio es fundamental para mantener una relación estable, los beneficios de la vida en pareja han sido resaltados por numerosas investigaciones psicológicas, llegando a conclusiones como que es la mejor receta para la felicidad o, incluso, para la buena salud física. Los coach especializados en autoayuda hacen énfasis en las claves del matrimonio, aportando consejos para alcanzar la felicidad en pareja que, según defienden, es la clave del bienestar personal.

La demanda de estos cursos es cada vez más alta, bajo la dirección de la profesora y psicóloga familiar Alexandra Solomon. “Nuestro objetivo es conseguir que las personas tengan relaciones sanas, por lo que analizamos pautas de comportamiento y proporcionamos técnicas y estrategias para que los matrimonios sean más felices”. Sus principales lecciones “para saber amar y ser amado”, algo que según Solomon “es de todo menos algo intuitivo”, se pueden resumir en cuatro grandes claves.

  1. El primer paso es conocerse a uno mismo. Los responsables del curso inician sus clases desmontando lo que consideran el mayor mito de los matrimonios felices: “para que funcione hay que encontrar a la persona adecuada”. Según ellos es un error pensar esto, pues “somos nosotros quienes tenemos que ser la persona adecuada para los demás”. La profesora insiste en que “nos centramos en que las personas saquen lo mejor de sí mismas y se autoanalicen para evaluar si ellos son una buena pareja para los demás”. Como su alumnado tiene entre 18 y 22 años, “el primer paso es que entiendan quiénes son, qué quieren y cómo lo quieren para, posteriormente, encontrar a alguien que sea compatible con ellos”. Este es el proceso natural, dicen, y no al revés. Conocer las debilidades y fortalezas de uno mismo “ayuda a afrontar y resolver los problemas de la forma más adecuada”.
  2. El conflicto es inevitable, pero puede aprenderse a superarlo. La comprensión de las vulnerabilidades, miedos e imaginarios construidos en torno a lo que significa el matrimonio permite enfrentarse a los conflictos de pareja que, inevitablemente, acabarán surgiendo tarde o temprano. Al conocer la causa que los desencadena es más fácil enfrentarse a ellos y, probablemente, resolverlos. Los tutores de este curso insisten en la idea de que la peor reacción ante un conflicto es autoculparse o presentarse como víctima. “Dos rasgos comunes a las parejas infelices y a los matrimonios fallidos”. No se trata de ganar o perder en una discusión, sino de resolver un problema o desbloquear un conflicto entre los dos, como si se tratase de “un equipo que se enfrenta a un problema común”. En este sentido, acusar al otro de algo o arremeter contra él es absurdo, pues en lugar de aportar y dar cuenta de una actitud mejorable sólo se logrará que el cónyuge se ponga a la defensiva y reaccione devolviendo el golpe. Si se llega a este punto, la posibilidad de entendimiento es prácticamente nula, asegura Solomon.
  3. Entrenar la inteligencia emocional y las habilidades comunicativas. No parece que sea el adalid del romanticismo, pero un matrimonio feliz, explican estos psicólogos, requiere esfuerzo y entrenamiento diario de habilidades comunicativas y otras destrezas relacionales. “La mayoría de personas carece de dichas cualidades cuando inicia su vida matrimonial, por lo que inevitablemente deben desarrollarlas. Para sacar el máximo rendimiento, en este caso lo mejor también es hacerlo de forma conjunta: interactuando en pareja y haciendo ejercicios diarios.

      4. Empatía. “Para que las personas sean felices en sus matrimonios, deben ser capaces no sólo de entender lo que su pareja está diciendo, sino la experiencia que está detrás de sus palabras y lo que expresa entre líneas”. Si los miembros de la pareja no tienen esta habilidad, la buena comunicación no será suficiente, pues no sabrán qué y cómo se siente el otro. Es decir, carecerán de la empatía suficiente para identificar lo que es importante para su pareja y cuál es su visión del mundo. La compatibilidad a largo plazo depende de ello, “mucho más que la atracción inicial entre una pareja”.

Esperemos que este ejemplo lo puedan seguir muchas universidades e instituciones del país. Hoy existe una crisis profunda en las relaciones matrimoniales y su éxito y continuidad depende de que tan preparados estén los involucrados, sino seguirán engrosando las estadísticas de divorcios que hoy por hoy siguen aumentando.

La palabra del Señor nos dice “Nos es bueno que el hombre este solo le haré ayuda idónea (ideal) para él” Génesis 2:18. Si seguimos estudiando las escrituras veremos como a lo largo de las mismas nos habla constantemente de la importancia de la pareja, por lo que se puede inferir que Dios está muy interesado que el hombre y la mujer se unan en matrimonio y sean felices, ese es el propósito y la meta de todo ser humano. Pero no es fácil, tener un matrimonio estable y duradero requiere de esfuerzo y conocimiento.

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