¿CUÁNDO Y POR QUÉ SE DEBE CONSULTAR A UN PSICÓLOGO?

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Muchos son los mitos y aún temores que rodean el hecho de asistir a un profesional de la salud mental hoy en día, sea por voluntad propia o remitidos por un médico. Se considera que el psicólogo, por no mencionar al médico psiquiatra; son profesionales a los cuales hay que consultar en circunstancias de emergencia, es decir, al psicólogo se busca como a los bomberos, únicamente cuando se presenta un incendio o conato del mismo para apagarlo pero esto no debería ser la realidad.

Es necesario explicar que el psicólogo es un profesional de la salud que brinda ayuda en diferentes procesos y etapas de desarrollo, no solo para solventar conflictos sino para orientar con el fin de prevenir eventos que afecten emocional y físicamente, permite adquirir herramientas en la toma de decisiones asertivas, apoyar y acompañar en momentos críticos en nuestro caminar por la vida.

La pregunta clave sería: ¿Cuáles son los motivos por los cuales se debe asistir al psicólogo?

La respuesta es sencilla: cuando así la persona lo desee, en los diferentes momentos de su vida, cuando se tenga la necesidad de una orientación, un consejo o simplemente una escucha sin prejuicios ni críticas. Tomando en cuenta lo anteriormente expuesto, podemos mencionar algunos motivos de consulta comunes en las asesorías:

* Dificultades en el aprendizaje
* Toma de decisiones
* Conflicto de parejas
* Relación Padre – Hijo
* Adicciones
* Orientación Sexual
* Orientación Vocacional y Proyecto de Vida
* Autoestima
* Dificultades para socializar
* Manejo de carácter
* Trastornos alimenticios
* Inadecuado manejo de la frustración
* Duelos no procesados
* Trastornos conductuales
* Manejo de la ansiedad y estrés
* Evaluación de niños y jóvenes con necesidades educativas especiales
* Herramientas para mejorar procesos cognitivos: atención, comprensión, memoria, etc.

Estas y muchas más llegan a ser motivos de consulta que pueden ser tratados por un psicólogo. Es pertinente mencionar que el licenciado en psicología no está en la capacidad, ni tiene la potestad de medicar farmacología clínica, sino de escuchar e implementar diferentes estrategias de trabajo y tratamiento para abordar eficaz, eficiente y efectivamente cada problema, aportando no necesariamente una respuesta o solución sino una gama de opciones adecuadas para que el cliente o asesorado acepte, asuma y aplique la que más le convenga. Desde una perspectiva objetiva, se busca que el cliente sea consciente de su condición y de la acción que debe ejecutar para generar un cambio o reestructuración mental, emocional y conductual, haciéndose responsable de sus consecuencias, es decir, haga insight (internalice, visión interna, percepción o entendimiento sobre sí mismo) de lo que le genera malestar, llegue a hacer catarsis (liberación o eliminación de los recuerdos a través de la expresión de emociones) y posteriormente, encuentre equilibrio en su Yo interno.

Por otra parte, existe actualmente mucha negativa a ser atendido por un psicólogo, no solo porque consideran que es para “locos”, lo cual es totalmente falso; sino porque suponen que no ameritan conversar sus intimidades emocionales o familiares con alguien a quien no le incumbe esto, o porque creen que solo desean inmiscuirse en la vida de un extraño para usarla como experimento, estudio o “conejillo de india”; otros alegan que no necesitan un psicólogo ya que pueden resolver los conflictos por su propia cuenta o en tal caso, niegan tener conflicto que puedan perjudicar su calidad de vida. Si bien es cierto, que muchos pueden tomar decisiones sabias y que el fin último es que cada asesorado logre de manera autónoma resolver sus problemas madura y asertivamente para que no afecte su entorno, también es cierto que nos relacionamos en una sociedad y siempre se hace indispensable un amigo o alguna persona que nos ayude, apoye, acompañe, confronte y escuche en épocas críticas para poder levantarnos con fuerza, esperanza y optimismo y así, continuar en nuestro andar.

Por ello y para concluir, les invito a dejar de lado los temores, falacias, prejuicios y desconocimiento y empezar a buscar ayuda y orientación cuando lo requiera; una mano amiga nunca está demás, es hallar empatía y un consejo a tiempo con la lupa objetiva, en pro del desarrollo personal y la sanidad mental, emocional, familiar y laboral.

Psic. Lorena Liendo

Psicólogo – Orientador

F.P.V.: 6.422

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