SOY UN ASESINO

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Reflexión para padres

Existía en un pequeño pueblo una hermosa familia que vivía en las afueras muy cerca del bosque. La mama siempre cocinaba unas ricas comidas para el esposo y su pequeño hijo de 5 años, el papa diariamente trabajaba en una fábrica en la ciudad. Los 3 eran sumamente felices en una amplia casa con todas las bondades y comodidades que se podía tener así como la belleza natural del campo que rodeaba la casa. Hermosos ríos, campos verdes, arboles y una vista sin igual hacían de aquel hogar un lugar envidiable para cualquiera.

Todos los días el padre llegaba de su trabajo y su hijo lo esperaba con muchas historias para contar y con muchos dibujos para colorear, el padre sin perder tiempo se unía a las historias de su pequeño y juntos compartían grandes aventuras, para el hijo esos tiempos eran los más significativos ya que reforzaban su idea de familia. Su madre se unía a las historias y diariamente viajaban en un mundo de ilusiones y fantasía alimentando el amor por su pequeño hijo. Era frecuente que la madre hacía unas ricas tortas para compartir en esos momentos y entonces el hijo le decía al padre: “Papá, papá salgamos al bosque y juguemos allá, seremos una gran familia de elefantes” un día elefantes, un día leones, otro día osos y así el niño compartía momentos al aire libre y con el contacto de la naturaleza y su papa.

Un día el papa no tuvo una jornada laboral fácil, le toco trabajar sin parar en actividades repentinas que no eran de su responsabilidad diaria. Ese día al llegar a la casa el papa solo quería descansar, su esposa lo recibió con un gran abrazo y un beso ¿y qué creen? su hijo corrió también a recibirlo con más ánimo que nunca porque su héroe personal y compañero de historias había llegado, pero el padre muy cansado le dijo: “hoy necesito descansar”, “pero papá hoy nos esperan los lobos porque hoy seremos cazadores”, “hijo hoy no, por favor juguemos aquí”, “Pero papá vamos salgamos solo un rato mientras mama hace una torta”. La mamá viendo la insistencia del pequeño le dijo al padre “anda solo un rato y regresen que pronto comeremos”. El papá con un esfuerzo sonríe y le dice al pequeño “pero no tengo mi arma ¿tú la viste?”, “claro papá aquí está”, responde el pequeño sacando un cepillo. Juntos salen a un campo cercano con muchos árboles, pero el cansancio era mucho y el padre se sentó cerca de un árbol y le dijo “anda yo de aquí cazare para ti todos los que pueda” y el niño jugaba alrededor de él sin parar. El cansancio hizo su trabajo, la comodidad de aquel árbol y la brisa eran ideales para una siesta.

Al cabo de un buen rato el padre despierta de un sueño profundo y no ve al niño, se levanta y comienza a gritar su nombre pero no recibe respuesta, en segundos la angustia invade su cuerpo y comienza una búsqueda desesperada que incluye su casa pero ahí no estaba, ambos salen juntos a buscarlo y lo inesperado pasó, cerca en un despeñadero profundo ven el cuerpo de su hijo en el fondo frenado por las piedras. El padre desesperado salta y comienza a bajar como puede hasta que llega a él y lo limpia y abraza el cuerpo sin vida de su hijo y comienza a gritar con un fuerte llanto: “Hijo perdón soy un asesino, soy un asesino, no te cuide hijo perdón soy un asesino”.

¿Cuántos padres hoy están durmiendo?, mientras sus hijos juegan con las drogas, con el sexo, con armas. ¿Cuántos padres permanecen quietos mientras sus hijos se pierden en una sociedad sin valores?. Te invito a que puedas despertar de ese sueño mortal que es un cómplice de la perdición de tus hijos. Si tu eres padre o madre ésta alerta es para ti, para que no te “duermas” por causa de tu trabajo, de tus negocios, de tus ocupaciones diarias, para que no dejes de vigilar y supervisar los más importante que Dios te ha dado: tus hijos. No permitas que el cansancio, que el afán, que las presiones diarias, que las tecnologías te roben y te quiten el tiempo con ellos.

Ejercer la paternidad responsable es más que un deber es una gran bendición, es formar hijos para la vida que puedan ser modelos de conducta en una sociedad confundida y desorientada. Hoy el llamado es para todos los padres que no descuiden ni abandonen su hogar que se esfuercen y luchen por tener mejores hijos. Solo siendo un mejor padre podrás tener mejores hijos.

Recuerda: ser papa no es lo mismo que ser un padre responsable, la mayoría de nosotros tenemos la capacidad biológica de tener un hijo pero de nosotros mismos depende la capacidad de ser buenos padres. Cuando desarrollas esa capacidad entonces; la sociedad te lo agradecerá, tus hijos te amarán y Dios se complacerá y dirá: “Éstos son mis hijos”.

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